Por: Ámbar A Sánchez Báez
El libro de cuentos,“Mujeres violentas” (2023), fue escrito por nuestra investigadora principal del Centro PRAFRO y la escritora carolinense, Mayra Santos Febres. Aunque se haya publicado recientemente, el libro está compuesto por doce cuentos que se trabajaron desde principios del siglo XXI. Los cuentos narran la vida de distintos personajes y cómo estos se entrelazan de una forma u otra. Esto pudiera dar a entender que la escritora reta las barreras entre los géneros literarios. Esta posible aproximación al texto de Mayra Santos Febres es paralelo a los cuestionamientos de una ausencia de voces afrodescendientes en la literatura caribeña.
Desde el título, nos invita a cuestionarnos si realmente los cuentos narran historias en torno a “mujeres violentas”. Sin embargo, existe otra posible lectura. No recrea la violencia que ejerce una mujer. En su lugar, describe las múltiples formas en que se ha ejercido violencia sobre ella a lo largo de la historia: la historia como meta narrativa y las historias de cada una de las mujeres en los cuentos. La violencia aparece en los cuentos atada a la cotidianidad pues luce como una expresión aplastante y opresiva del patriarcado. A lo largo de esta misma línea de pensamiento, nos adentramos a las condiciones de vida de los personajes. Sus vidas están al servicio del cuestionamiento que la autora dirige a las representaciones que se hacen de la vida de la mujer. Por ejemplo, se nos presenta la capacidad de la mujer para sobrevivir mientras se encuentra atravesada por una compleja red de relaciones familiares y laborales plagadas de afectos contradictorios. Imágenes que evocan las fuerzas que inciden y moldean la representación de sí misma. Resulta contradictorio que muchas de las vidas recogidas en el texto presentan personajes que asumen liderato en su entorno familiar, un lugar opuesto al rol histórico que le ha asignado la ideología patriarcal. Entre sus tareas sobresalen el cuidado de los hijos, envejecientes, esposos, hermanos, toda la familia extendida, entre otras. Sin embargo, la mujer no disfruta de reciprocidad, salvo algunas excepciones.
Aunque el libro mayormente enfoca de manera directa las temáticas de violencia y el género, también aborda otros conceptos como la raza y racialización. Un aspecto sobresaliente está relacionado con la presencia de la autora afropuertorriqueña en algunos de sus cuentos. Si bien el tema de la raza está expuesto en el libro, resalta la significación que las luchas de las mujeres racializadas como negras como una expresión de violencia y agresividad. Además, el contexto socio político de las mujeres racializadas es el meta archipiélago caribeño (Antonio Benítez Rojo,1998).
Los cuentos que se encuentran al final de la colección, amplían nuestra mirada en torno a la violencia que se ejerce hacia la mujer para incluir la violencia que se impone sobre la naturaleza. Esta dimensión nos permite identificar la intersección entre las violencias que emanan tanto del capitalismo como de la ideología patriarcal. Además, estas intersecciones nos permiten observar el cuerpo de la mujer y a la tierra como objetos de explotación. La relación entre ambas fuerzas opresoras ha sido denunciada por el feminismo ecológico. Pudiéramos decir, entonces que la narrativa de Mayra Santos Febres en esta colección de cuentos puede ser ubicada dentro de este tipo de denuncia. Sin embargo, la autora añade a lo largo de su narrativa reclamos relacionados con la ancestralidad presente como parte de la lucha en contra de estos sistemas de opresión. A su vez, todas estas fibras se entretejen en las vidas de las mujeres racializadas como negras.
Volvamos a explorar el título: ¿son realmente mujeres violentas o violentadas? Gracias a la profundización de las temáticas de los cuentos, podemos indagar la complejidad que atraviesan sus vidas. Se trata de las múltiples formas de ser mujer en el Caribe. Más allá de los gentilicios, todas las narrativas ilustran la vida de las caribeñas. Ciertamente el feminismo negro, rescata la interseccionalidad que se hace evidente las complejidades que cotejamos en las vidas de las mujeres involucradas. El libro de cuentos ilustra una variedad de expresiones de la violencia que conforman las identidades de las mujeres en el meta archipiélago caribeño.
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