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Anti-Futurismo Cimarrón: Una mirada hacia atrás

Foto por Ámbar Sánchez


“Para poder seguir hacia adelante, debemos mirar hacia el pasado primero.” Esta profunda afirmación resume perfectamente mi experiencia durante la exposición artística “Anti-futurismo: Cimarrón” en el espacio emblemático del Museo Casa Escuté, un ubicado en la tierra de los gigantes, Carolina, Puerto Rico.


Esta aventura ancestral comenzó con una colectiva de siete artistas, bajo la curaduría de Yuderkys Espinosa Miñoso y Katia Sepúlveda. Les artistas participantes, cada uno junte con la inspiración de sus ancestres, incluyen: Brenda Cruz, Brenda Torres Figueroa, Deyaneira Maldonado, José Arturo Ballester, Juan Pablo Vizcaíno, Ketsia Camacho Ramos y Lydianna Dávila. Cada artista presente proyectó un universo de vida, historias, sentimientos y luchas que resuenan profundamente en nuestras raíces afrodescendientes. Lograron manifestar el pensamiento descolonial anti futurístico.


Instalación de máscaras y textiles ancestrales hechos por Deyaneira Maldonado( alfrente) 2024 y Juan Pablo Vizcaino( al fondo) 2004 Fotografía- Andrés
Instalación de máscaras y textiles ancestrales hechos por Deyaneira Maldonado (alfrente) 2024 y Juan Pablo Vizcaino( al fondo) 2004 Fotografía- Andrés Miró

Vi esta exposición como una arboleda ancestral, cada uno reflejando la memoria desde los puntos angulares de las ramas hasta las microscópicas partículas de sus raíces. Para nosotros, como artistas afrodescendientes, es fundamental comunicar de dónde venimos y también el reconocer quiénes nos representan. La necesidad de nuestra memoria ancestral es especialmente crucial en un contexto en el que nuestras comunidades han sido y siguen siendo marginadas o ignoradas. La exposición se convierte así en un acto de reivindicación, un espacio donde nuestras narrativas son valoradas, celebradas, y reconocidas.


El arte, en esta colectiva, se convirtió en un medio poderoso para transmitir la herencia cultural y las luchas de generaciones pasadas. Cada obra es un eco de las historias de aquellos que vinieron antes que nosotros, un homenaje a nuestros ancestros cimarrones, quienes resistieron y lucharon por nuestra libertad y dignidad. Ellos fueron los que decidieron romper el ciclo de la esclavitud para que sus generaciones siguientes no tuvieran que sufrir lo que ellos vivieron. Estas obras nos recuerdan que, aunque hemos avanzado, es esencial no olvidar el camino recorrido y las batallas ganadas por nuestros antepasados. (La Sankofa)


La experiencia de poder conectar con cada uno de los artistas presentes fue espiritual y bellísima. Sentí la presencia de sus ancestros y el peso de sus legados en cada conversación. Dialogar sobre estas historias no solo me permitió conocer más sobre elles (les artistas), sino que también me ayudó a entender mejor mi propia historia. Las narrativas que compartimos son tanto diferentes como similares; cada artista trajo consigo un fragmento de su propia realidad, una perspectiva que se entrelaza con la mía.


Artista Multidisciplinaria Brenda Cruz compartiendo caldo santo cómo parte de su instalación artística “Adobe Gangá Mondé” 2024 | Foto por Andrés Miró
Artista Multidisciplinaria Brenda Cruz compartiendo caldo santo cómo parte de su instalación artística “Adobe Gangá Mondé” 2024 | Foto por Andrés Miró

Este diálogo sobre nuestras historias compartidas nos une como sociedad y como descendientes de aquellos que lucharon por sus vidas. Somos los descendientes de quienes vieron un futuro mejor en medio de la adversidad. Personalmente, provengo de una línea de mujeres luchadoras; mi madre, mis abuelas y mis ancestras fueron mujeres valientes que enfrentaron innumerables desafíos. Su fuerza y resiliencia son una fuente de inspiración constante en mi vida y en mi trabajo como artista e investigador.


Celebrar de dónde venimos y nuestros comienzos es fundamental. El útero ancestral africano que nos trajo aquí es un recordatorio poderoso de nuestras raíces y de la rica herencia que compartimos. Esa noche, en el museo, nos convertimos en una familia. Somos uno, somos Borikén. Unidos no solo por nuestras historias, sino también por la conexión profunda que sentimos con nuestros ancestros. Esta conexión que trasciende el tiempo y el espacio, creando un lazo que nos une a todos en un mismo propósito: honrar nuestro legado y seguir adelante en la lucha por la justicia y la equidad. (Bese Saka)


A través del arte, tenemos la oportunidad de dar vida a esas historias, de compartirlas con el mundo y de educar a las futuras generaciones sobre la importancia de nuestra historia- nuestra herencia- nuestro legado. El poder de conectar con cada artista y sus ancestros resuena en cada conversación y en cada bembé, en cada celebración de nuestra cultura Afro- Boricua. Es un recordatorio de que nuestras historias son valiosas y que, al compartirlas, fortalecemos nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia.


Lydianna Dávila reflexionando sobre su pieza , “ Agua limpia ojo, ojo limpia agua” Instalación 2024 | Foto por Ámbar Sánchez

“Anti-futurismo: Cimarrón” no solo fue una exposición, sino una experiencia transformadora que nos permitió recordar de dónde venimos y vislumbrar hacia dónde vamos. En este viaje, la celebración de nuestra ancestralidad y la conexión con nuestras raíces se convierten en la base sobre la cual construimos un futuro más brillante y justo para todes. Que cada historia compartida nos impulse a seguir luchando, a seguir creando y a seguir honrando el legado de nuestros ancestros africanos.




 

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